desestabilizado a la sociedad, destruido familias, destruido vidas. La adicción al alcohol y a las drogas ha provocado un aumento en la criminalidad y la violencia que vivimos hoy en día. Estas adicciones son el resultado de muchos factores, tienen muchas raíces que se deben investigar. Cabe preguntarse ¿por qué tantas personas caen en las garras del alcohol, de las drogas? ¿Qué motiva a una persona a dejarse arrastrar por estos vicios que lo van consumiendo y deteriorando como persona y como ser humano?
Cuando se le pregunta a un adicto a drogas o a un alcohólico qué lo llevó a eso, se encuentran muchas respuestas en común: problemas en el entorno familiar, problemas económicos, presión de grupo, problemas de autoestima, maltratos infantiles, familias disfuncionales, como forma de contrarrestar la ansiedad o la tristeza, la curiosidad y un sinfín de razones más, pero la verdadera razón para esta problemática es la pérdida de valores sociales y familiares. Por ejemplo, vemos como bueno beber en una actividad familiar o cuando compartimos con amistades porque constantemente nos bombardean con propaganda que nos incita a beber, porque eso es “status”. Por otro lado, si dices que usas drogas como marihuana o coca te miran de reojo o hasta puedes ser rechazado. Medimos con varas distintas, cuando la realidad es que tanto el alcohol y las drogas son lo mismo, son sustancias con efectos sobre el sistema nervioso central que crean adicción, alteran o modifican una o varias funciones psíquicas del organismo, inducen a repetir por el solo placer que generan. La diferencia entre ellas es que el alcohol es legal, mientras las otras drogas no lo son. Pero el uso y abuso de ambos tienen similares consecuencias. En general, los adictos al alcohol y a las drogas se enfrentar a pérdidas de la familia, sus estudios y su trabajo se ven afectados, la salud física y psíquica se van perdiendo, pueden llegar hasta la muerte por accidentes o por suicidios.
¿Por qué vemos ambas adicciones de manera diferente, cuando en realidad ambas son enfermedades que están atacando a nuestra sociedad? Cuando comencemos a ver a estos adictos como lo que son, personas enfermas que necesitan ayuda, tal vez las cosas comiencen a cambiar. El alcoholismo es el “desarrollo de unas conductas desviadas características asociadas al consumo prolongado de cantidades excesivas de alcohol. El alcoholismo se considera una enfermedad crónica de etiología no determinada, que muestra síntomas y signos reconocibles proporcionales a su gravedad” (Adan, 2012). Una vez las personas dependientes a la heroína son tratadas como enfermas, no rotuladas o marginadas como criminales, su calidad y expectativa de vida mejora". (Villa, 2006, p. 214).
La problemática del alcohol y las drogas es innegable, también es innegable que existen muchos responsables de esta situación. Por un lado, la familia es la base de cualquier sociedad, y tiene la función de ofrecer una crianza adecuada para crear hombres y mujeres con valores. La dinámica familiar ha sido destacada como una categoría que podría influir positiva o negativamente sobre el fenómeno de las drogas, esto genera un clima de cohesión y estabilidad que estimula en los adolescentes un sentimiento de seguridad y propicia un crecimiento que previene el abuso de sustancias (Mosqueda, Ferriani, 2011). Por otro lado, las entidades sociales deben aprender a trabajar para el bien común, en concordancia y armonía para lograr una sociedad saludable, donde se resuelvan los problemas, sin controversias, todos remando en una misma dirección. Debemos entender que estar libre de las adicciones nos permite tener una mejor calidad de vida. La lucha contra el consumo de las drogas y del alcohol, debe ser un compromiso de todos y para el beneficio de todos.
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