El autismo o trastorno del espectro autista (TEA) es una discapacidad del desarrollo que puede causar impactos sociales significativos, de comunicación y problemas de comportamiento. Las personas con TEA procesan la información en su cerebro de manera diferente a otras personas. Los autistas tienen patrones repetitivos de comportamiento, así como intereses y actividades particulares. El autismo puede ser leve o grave. Todos los niños con autismo no tienen exactamente los mismos problemas. Estas características básicas estarán presentes en todos los individuos a lo largo de su vida, pero las manifestaciones clínicas y la discapacidad funcional variará según la edad, la capacidad lingüística y cognitiva, la familia y el entorno social.
Aunque el autismo se define conductualmente, investigaciones recientes apoyan una causa orgánica que apunta a múltiples factores interrelacionados como enfermedades orgánicas, problemas o síndromes genéticos; infecciones graves que afectan al cerebro (meningitis, la enfermedad celíaca, la encefalitis, etc.); exposición a toxinas o enfermedades durante el embarazo (rubéola, productos químicos, etc.).
La identificación temprana del autismo
La atención y vigilancia del desarrollo del niño es importante para la identificación del autismo, por lo que debe ser parte de la rutina de la práctica médica. Los signos de TEA comienzan antes de los 3 años, aunque en algunos niños se pueden mostrar dentro del primer año de vida. Hay ciertas indicaciones absolutas de referencia para una evaluación específica de autismo. El autismo afecta a las personas de diferentes maneras y puede variar de leve a grave. Las personas con TEA comparten algunos síntomas, como dificultades en la interacción social, pero hay diferencias en cuando comienzan los síntomas, qué tan severos son, cuántos síntomas existen, y si otros problemas están presentes. Para un diagnóstico de trastorno autista, un niño debe cumplir con un número determinado de criterios ya establecidos. Hay una serie de pruebas y listas de verificación de observación disponibles para evaluar niños con problemas de desarrollo. La información más importante, sin embargo, viene de los padres y cuidadores que conocen mejor al niño. Una serie de profesionales capacitados para diagnosticar el autismo son los: pediatras, neurólogos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas y especialistas en desarrollo, entre otros.
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