
Don
Miguel Meléndez Muñoz conoció muy de cerca la realidad histórica
que presenta en El Camino, ya que se crió en el pueblo de
Cayey, donde nació (22 de julio de 1884), a finales de siglo19,
quedando huerfano a muy temprana edad. Conoció muy de cerca al
campesino y los problemas que le acompañaban. Problemas como la
falta de educación, de comodidades o facilidades que los de la zona
urbana gozaban. Este conocimiento del vivir campesino lo convirtió
en un escritor costumbrista, ya que en la mayoría de sus escritos el
tema principal era la vida del jíbaro puertorriqueño. Estas obras
le merecieron muchos premios, siendo su máxima obra la novela YUYO,
considerada como una joya de nuestra literatura costumbrista.
El
autor de esta obra fue un autodidacta, ya que no terminó los grados
superiores de enseñanza, pero el amor por la lectura cultivó su
intelecto supliendo cualquier necesidad de estudio. A los catroce
años comienza a trabajar en una pulpería, donde llegó a ocupar el
puesto de contador, administrador y jefe de cultivos. Esta
experiencia le sirvió de base para conocer íntimamente al campesino
puertorriqueño y su problemática de entonces.
Meléndez
Muñoz se distinguió como periodista, ensayista, novelista,
cuentista y dramaturgo y a través de su vida llegó a ocupar puestos
como Gerente de Banco Crédito y Ahorro Ponceño en Cayey,
Secretario, Conferenciante, jefe de oficinas de la junta Insular de
Instrucciones Vocacional, Tesorero de Ateneo Puertorriqueño,
Director Escolar del Gobierno de la Capital. Todas estas
experiencias le sirvieron de referencia para su obra literaria. El
autor de El Camino muere en su pueblo natal el 27 de noviembre de
1966.
El
autor de esta obra pretende retratar a través de su escrito la vida
difícil que tiene el jíbaro puertorriqueño por el solo hecho de no
haber caminos que lo conecten con el arte, con la cultura, con la
educación, con la civilización. Va dirigida a concientizar al
gobierno para que hagan lo suyo y mejoren las condiciones de vida del
campesino proveyéndoles de los medios de comunicación necesarios
para tener una mejor vida.
La
obra es excelente, ya que nos permitió ver desde una perspectiva
diferente la vida del jíbaro puertorriqueño, de cómo el simple
hecho de no existir un camino puede aislar a una población y hacerla
tan diferente a sus vecinos urbanos. Conocí a través de esta obra
las angustias y pesares que un campesino puede pasar para poder
sustentar a su familia cuando llevaba el producto de sus cultivos a
la ciudad para venderlos.
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