No se conoce ninguna cura para el autismo. En algunos casos, los medicamentos y las restricciones en la dieta pueden ayudar a controlar los síntomas. La intervención debe comenzar cuando el niño es pequeño. Si un médico sospecha que un niño tiene TEA u otra discapacidad del desarrollo, referirá al niño a una variedad de especialistas, incluyendo un patólogo del habla y lenguaje. Se trata de un profesional de la salud para tratar a personas con trastornos de la voz, del habla y del lenguaje. El patólogo del habla-lenguaje llevará a cabo una evaluación completa de la capacidad del niño para comunicarse y diseñar un programa de tratamiento apropiado. Además, el patólogo puede hacer una referencia para pruebas audiológicas para asegurarse de que la audición del niño es normal.
La terapia del habla-lenguaje está diseñado para coordinar la mecánica del discurso con el significado y el uso social de la lengua. Dicho programa se inicia con una evaluación individual por un patólogo del habla y lenguaje para evaluar las aptitudes y los desafíos verbales de un individuo. A partir de esta evaluación, el patólogo establece metas que pueden incluir el dominio de la lengua hablada y/o aprendizaje de habilidades de comunicación no verbal, como signos o gestos. En cada caso, el objetivo es ayudar a la persona a comunicarse de maneras más útiles y funcionales.
Enseñar a los niños con TEA a comunicarse es esencial para ayudar a alcanzar su máximo potencial. Hay muchos enfoques diferentes para mejorar las habilidades de comunicación. El mejor programa de tratamiento comienza temprano, durante los años preescolares, y se adapta a la edad y los intereses del niño. También se abordarán tanto las habilidades de comportamiento y comunicación del niño y ofrecer refuerzo regular de acciones positivas. La mayoría de los niños con TEA responden bien a programas altamente estructurados y especializados. Los padres o cuidadores primarios, así como otros miembros de la familia deben participar en el programa de tratamiento por lo que se convertirá en parte de la vida diaria del niño.
Para algunos niños más jóvenes, mejorar la comunicación verbal es un objetivo realista del tratamiento. Los padres y cuidadores pueden aumentar las posibilidades de alcanzar este objetivo, prestando atención al desarrollo del lenguaje desde el principio. Al igual que los niños pequeños aprenden a gatear antes de caminar, los niños primero deben desarrollar las habilidades de pre-lenguaje antes de que comiencen a usar palabras. Estas habilidades incluyen el uso de contacto visual, gestos, movimientos corporales, y balbuceos y otras vocalizaciones para ayudarles a comunicarse. Los niños que carecen de estas habilidades pueden ser evaluados y tratados por un patólogo del habla y el lenguaje para evitar más retrasos en el desarrollo. Para los niños un poco mayores con TEA, el entrenamiento básico de comunicación a menudo hace hincapié en el uso funcional del lenguaje, tales como aprender a mantener una conversación con otra persona, lo que incluye permanecer en el tema y tomar turnos hablando; desarrollar la atención conjunta; jugar y llevarse bien con los demás; comprender y utilizar gestos para comunicarse; seguir direcciones.
Algunos niños con TEA no pueden desarrollar habilidades de lenguaje verbal. Para ellos, el objetivo puede ser adquirir la comunicación gestual, tales como el uso del lenguaje de signos. Para otros, el objetivo puede ser de comunicarse por medio de un sistema de símbolos en el que las imágenes se utilizan para transmitir pensamientos. Sistemas de símbolos pueden variar desde tableros de imagen o tarjetas, a los dispositivos electrónicos sofisticados que generan el habla mediante el uso de botones que representan elementos o acciones comunes.
Consecuencias de los problemas del habla
En los niños puede presentar problemas de aprendizaje y de conducta, bajo rendimiento escolar, autoestima baja, inseguridad, retraimiento, posible mutismo (por el miedo de hablar), e hipersensibilidad. En los adolescentes generalmente demuestran un aprovechamiento académico inferior a sus compañeros, muestran algún problema de conducta y desajustes emocionales. Se sienten expuestos al ridículo, al rechazo, a la incomprensión, y a la sobreprotección de familiares y amigos. Sufren de ansiedad, frustraciones, hostilidad hacia otros, amargura; lo que afecta su autoestima y la relación con otras personas, impidiendo una formación de actitudes positivas. En algunos adolescentes estos problemas se convierten en un reto y un estimulo para desarrollar otras destrezas o talentos.
Conclusión
Los problemas de habla que pueden presentar los niños con autismo representan para el individuo, problemas en la comunicación, trayendo como concecuencia trastornos en la conducta, problemas de aprendizaje, y disfunción social y sicológica en algunos casos. Por tal razón es indispensable que el autismo, así como los trastornos que acompañan esta condición, sean diagnosticados tempranamente, preferiblemente en los primeros años de desarrollo del niño.
Cuando se conoce la condición y se trata adecuadamente le permite a los padres y a los profesionales especializados realizar las terapias y los tratamientos pertinentes para que el niño tenga la oportunidad de mejorar su condición y así poder tener una mejor calidad de vida en el futuro.
Para superar estos problemas, es necesario que los niños reciban un programa especial de terapia del habla o lenguaje; mientras que en personas adultas, es eliminar en lo posible la causa del problema o recibir terapia. La terapia del habla o lenguaje es un esfuerzo que requiere dedicación y tiempo, y puede producir muy buenos resultados si se trabaja con consistencia y de forma continua.
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