Una
crisis es un estado temporal de trastorno y de desorganización
caracterizada por la incapacidad del sujeto a abordar situaciones
particulares. Este trastorno impacta a la persona y a su entorno, y
puede afectar la conducta, los sentimientos, el sistema corporal, y
el aspecto cognoscitivo. En algún momento en la vida de las personas les puede ocurrir una situación de crisis. En ese momento puede haber
desesperación, incertidumbre, angustia y solo se piensa en que se
necesita ayuda para afrontarla, no importando desde dónde llegue esa
ayuda. Muchas personas cuentan en esos momentos con familiares,
amigos o vecinos con los que pueden enfrentar esas crisis, pero
existen muchas otras personas que por las circunstancias de la
situación o por las circunstancias en su vida se encuentran solos
para enfrentar esos momentos críticos. En momentos
como ese, a veces es necesario la ayuda de un desconocido, de alguien
con el que uno se contacta a través del teléfono, de esa persona que
tal vez es la única que pueda ayudarla.
Existen
muchos centros de ayuda en casos de crisis. Centros en los que el
primer contacto es vía telefónica. Por tal razón es importante e
imperativo que las personas con las que se tenga ese primer contacto estén
adecuadamente preparadas para brindar esa ayuda, ese apoyo necesario
que podría hacer la diferencia entre la vida o la muerte, entre
ayudar a resolver o controlar una situación. La intervención en
crisis vía telefónica debe estar dirigida a atender o reducir los
daños de los acontecimientos ocurridos y a ayudar a recibir a partir
de esa experiencia un crecimiento personal. Los centros de
consultoría telefónica deben ser capaces de orientar y aconsejar,
proporcionar información de centros de ayuda necesarias para el
consultante. El servicio de consultoría telefónica provee ayuda
inmediata y puede estar especializada en áreas de trabajo. Existen
instituciones comunitarias que proveen consultoría para problemas de
alcohol, drogas, enfermedades, maltrato, suicidio, etc., todos ellos
dispuestos a proveer ayuda para controlar la crisis.
La
intervención en una crisis debe cumplir con unas características
para que sea efectiva. La intención principal de la intervención es
reducir los daños acontecidos a través de la orientación y la
consejería. Los consejeros telefónicos deben ser personas que hayan
sido capacitadas para trabajar con estas situaciones de una forma
efectiva y calmada. La intervención telefónica al ser por este
medio depende del lenguaje verbal más que del corporal, por lo que
es importante saber interpretar lo que se escucha. Esta situación
ofrece la ventaja de que para ambos, el consultante y el consejero no
se conocen, lo que facilita en la mayoría de los casos la
comunicación.
La
principal característica de un buen consejero telefónico es saber
escuchar. Debe contestar y hablar con cortesía y amabilidad, además
de utilizar un tono adecuado de voz para, a través de ella, ser capaz
de calmar al consultante. Sería preferible que el consejero sea un
profesional en psicología o en consejería, pero cualquiera que
reciba el adiestramiento adecuado puede ejercer como consejero. El
consejero debe saber recopilar la información necesaria haciendo las
preguntas adecuadas para poder ofrecer alternativas posibles y
viables para la solución del problema. Un buen consejero debe saber
cuando no está capacitado para trabajar, esto sería en el caso que
sus propios problemas personales puedan afectar su criterio para
ayudar a otros. Otro criterio importante es que el consejero debe
saber que no puede ayudar a todo el mundo, y que no debe involucrarse
personalmente con el consultante, tampoco debe sentirse responsable
por las decisiones finales que el consultante asuma. La
característica más importante de un consejero telefónico es su
capacidad de manejar adecuadamente los casos de crisis.
Cuando
la crisis que se maneja es grave, el consejero debe conocer técnicas
de autocontrol para ayudar al consultante a manejar su situación.
Algunas de estas técnicas son: ejercicios de respiración, que
pueden ayudar al consultante a calmarse y explicar mejor su
situación; relajación, con esto se pretende que la persona relaje sus músculos. Esto es un poco difícil de conseguir vía
telefónica. Utilizar a algún familiar o alguien cercano a la
persona para ayudar a manejar la crisis y hacerle ver al consultante
que puede manejar la situación comprendiendo que es capaz de
hacerlo. Esto se puede conseguir proveyendo confianza al
consultante.
Por
otro lado, para establecer una línea de crisis para el maltrato
familiar es necesario contar con un personal cualificado, que
entienda de los problemas que puede enfrentar una familia y ser capaz
de controlar las situaciones que se presenten. Además, el proveerle
información de a qué centro puede acudir en su área residencial
para recibir una ayuda más personalizada es vital. Por eso, cuando
se trata de crisis familiares la empatía que se cree entre el
consejero y el consultante es importante.
Como
recomendación para el funcionamiento de una línea de crisis contra
el maltrato familiar la información es lo importante. Es necesario
informar a las personas a través de la radio, televisión y medios
digitales de la existencia de esta línea de crisis que tanto
necesitan muchas familias que diariamente están pasando por
situaciones de crisis. En muchos países el maltrato familiar se ha
hecho más frecuente, por lo que una línea de crisis disponible las
24 horas del día se ha vuelto una necesidad y la promoción para que
la gente haga uso de ella puede hacer la diferencia.
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