El
alcoholismo es el “desarrollo de unas conductas desviadas
características asociadas al consumo prolongado de cantidades
excesivas de alcohol. El alcoholismo se considera una enfermedad
crónica de etiología no determinada, de instauración insidiosa,
que muestra síntomas y signos reconocibles proporcionales a su
gravedad”. El artículo objeto del siguiente análisis crítico es:
Impulsividad funcional y disfuncional en jóvenes con consumointensivo de alcohol (binge drinking), de
la autora Ana Adan, la cual realiza una investigación entre los
jóvenes universitarios con relación al consumo de alcohol. En
nuestra sociedad el uso y consumo del alcohol
es más frecuente cada día, se ha vuelto un modo de
confraternización, de compartir con los amigos. Con la excusa de que
hay que beber para pasarla bien, los jóvenes desde una edad más
temprana comienzan a consumir bebidas alcohólicas. En nuestro país
se ha vuelto una rutina-necesidad el beber los fines de semana casi
hasta emborracharse, esto se ha denominado binge
drinking.
Esto es así, ya sea por una necesidad psicológica o por la presión
de grupo. Según la apreciación de muchos jóvenes, si no hay
bebidas alcohólicas cuando se reúnen, no vale la pena reunirse. El
problema está en que el bombardeo publicitario se ha vuelto muy
agresivo. Vemos como en eventos deportivos la publicidad que se le da
es enorme. Muestran hombres y mujeres de éxito con tragos en la
mano, como queriendo decir “si no bebes, no eres exitoso”. Esta
problemática trae muchas consecuencias, por tal razón este estudio
busca establecer cuáles son las consecuencias del consumo intensivo
del alcohol.
El
alcoholismo tiene unos efectos biológicos, psicológicos y
sociales que deben ser estudiados más a fondo, para poder establecer
unos planes de acción para su prevención y manejo. Por
lo tanto, el estudio está basado en la impulsividad funcional o
disfuncional de los jóvenes que consumen intensivamente el alcohol.
La hipótesis planteada para el mismo es: que el consumo intensivo de
alcohol es el causante de la impulsividad disfuncional, ya que por
los efectos del alcohol, el individuo pierde la capacidad para
discernir y tomar decisiones correctas cuando es necesario. Para el
estudio se utilizó un método cuantitativo de tipo correlacional y
descriptivo, en el cual se controlaron ciertas variables que pudieran
afectar los resultados, incluyendo las de tipología circadiana. Para
efectos del estudio se tomó en cuenta la impulsividad disfuncional
como efecto del consumo intensivo del alcohol. Existen dos tipos de
impulsividad, la funcional y la disfuncional. La impulsividad
funcional está relacionada a la toma de decisiones rápidas cuando
es necesario, para el beneficio de la persona, y la impulsividad
disfuncional es la toma de decisiones rápidas sin reflexionar o
tomarse un tiempo para pensar, que puede traer consecuencias
negativas para la persona.
En
el estudio realizado en España, el objetivo del trabajo
investigativo es explorar las posibles diferencias entre estudiantes
universitarios con patrón de consumo intensivo de alcohol (CIA) y no
consumidores de alcohol en las dos dimensiones de impulsividad del
modelo de Dickman. Se utilizó para el estudio el Inventario de
Impulsividad de Dickman (DII; Dickman) ya que se ha demostrado que es
adecuado para la evaluación de la impulsividad en el CIA, por sus
propiedades psicométricas adecuadas en la muestra no clínica. Este
inventario consta de 23 items, 11 para evaluar la impulsividad
funcional y 12 para evaluar la impulsividad disfuncional. También se
utilizó el CSM de tipología circadiana, junto a información de
variables demográficas. La evaluación se llevó a cabo mediante
entrevista individualizada contestando una serie de cuestionarios
donde se utilizó una escala Likert de 5 puntos, considerándose 1
(totalmente en desacuerdo) y 5 (totalmente en acuerdo).
En
el estudio participaron 80 sujetos con patrón de CIA de los cuales
40 eran hombres y 80 controles, que no consumían alcohol
esporádicamente en grandes cantidades, siendo 40 hombres también.
Las edades fluctuaban entre los 18 y 25 años. Los participantes
fueron 160 estudiantes universitarios de psicología de la
Universidad de Barcelona. Para integrar el grupo de estudio se
llevaron a cabo entrevistas de inclusión estructurada, con los
cuales se excluyeron aquellos sujetos con consumo diario de drogas,
(exceptuando la nicotina y cafeína a dosis moderadas), con
dependencia al alcohol u otras drogas, historial familiar de
alcoholismo, así como antecedentes o presencia actual de
enfermedades médicas o psiquiátricas. En este estudio aprobado por
la comisión ética de la Universidad de Barcelona, todos
los sujetos participaron de forma voluntaria, sin retribución alguna
y firmaron un consentimiento para participar en el estudio.
El
problema en España es creciente, se ha encontrado una alta
incidencia de jóvenes de ambos sexos que muestran una tendencia a
consumir alcohol a una edad más temprana de forma abusiva sin tener
una percepción clara de los riesgos que esta actividad envuelve.
Este problema, como vemos día a día en nuestro país, no es sólo de
España. En Puerto Rico está ocurriendo lo mismo y tal vez es un
fenómeno social que se está convirtiendo en uno de salud pública
en muchas partes del mundo. Esto se puede ver en los resultados que
arrojó el estudio. El patrón de consumo intensivo de alcohol se
consideró de al menos 5 bebidas alcohólicas en hombres y de 4 en
mujeres ingeridas en un intervalo de 2 horas, al menos una vez en los
últimos 30 días. Este consumo se produce la mayor parte del tiempo
durante el fin de semana, aunque algunos jóvenes están comenzando a
socializar desde el jueves por la noche, ampliando así el fin de
semana.
Los
resultados del estudio arrojan el hecho de que el CIA es un factor de
riesgo para el desarrollo del abuso-dependencia del alcohol y otras
drogas en el futuro. Además determinó que el CIA puede desencadenar
trastornos mentales o conductas desadaptativas. Se encontró que los
hombres con CIA presentan puntuaciones superiores a las mujeres en la
impulsividad disfuncional, así como al grupo control, lo que lleva a
los investigadores a determinar que los hombres tienen menor
autocontrol que las mujeres por lo que están más expuestos a
trastornos adictivos y antisociales. La impulsividad, es un rasgo de
la personalidad, que lleva a los sujetos a actuar sin previsión y
sin medir consecuencias, pero en el caso de los que consumen alcohol
intensivamente este aspecto se exacerba, lo que quedó demostrado en
el estudio. El estudio también arrojó un dato interesante, las
diferencias por las cuales beben los individuos. Las mujeres beben
para mejorar su sociabilidad y capacidad sexual mientras que los
hombres para reducir la tensión, ambas razones relacionadas con la
impulsividad, según el estudio.
Los
resultados de esta investigación podrían llegar a ser de gran ayuda
para el establecimiento de programas de intervención más apropiados
y a más temprana edad. El alcoholismo es un problema mundial, las
personas están consumiendo más alcohol a una edad más temprana,
aún a sabiendas de las consecuencias que genera el abuso del
alcohol. Este es un problema que ya ha trascendido géneros,
indistintamente hombres y mujeres están expuestos a esta
problemática que se debe atacar desde la adolescencia o antes,
porque esta enfermedad genera efectos biológicos, psicológicos y
sociales convirtiéndose en un problema que afecta a toda la
sociedad.
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