jueves, 1 de enero de 2015

Análisis crítico sobre el consumo intensivo de alcohol en jóvenes (binge drinking)

El alcoholismo es el “desarrollo de unas conductas desviadas características asociadas al consumo prolongado de cantidades excesivas de alcohol. El alcoholismo se considera una enfermedad crónica de etiología no determinada, de instauración insidiosa, que muestra síntomas y signos reconocibles proporcionales a su gravedad”. El artículo objeto del siguiente análisis crítico es: Impulsividad funcional y disfuncional en jóvenes con consumointensivo de alcohol (binge drinking), de la autora Ana Adan, la cual realiza una investigación entre los jóvenes universitarios con relación al consumo de alcohol. En nuestra sociedad el uso y consumo del alcohol es más frecuente cada día, se ha vuelto un modo de confraternización, de compartir con los amigos. Con la excusa de que hay que beber para pasarla bien, los jóvenes desde una edad más temprana comienzan a consumir bebidas alcohólicas. En nuestro país se ha vuelto una rutina-necesidad el beber los fines de semana casi hasta emborracharse, esto se ha denominado binge drinking. Esto es así, ya sea por una necesidad psicológica o por la presión de grupo. Según la apreciación de muchos jóvenes, si no hay bebidas alcohólicas cuando se reúnen, no vale la pena reunirse. El problema está en que el bombardeo publicitario se ha vuelto muy agresivo. Vemos como en eventos deportivos la publicidad que se le da es enorme. Muestran hombres y mujeres de éxito con tragos en la mano, como queriendo decir “si no bebes, no eres exitoso”. Esta problemática trae muchas consecuencias, por tal razón este estudio busca establecer cuáles son las consecuencias del consumo intensivo del alcohol.

El alcoholismo tiene unos efectos biológicos, psicológicos y sociales que deben ser estudiados más a fondo, para poder establecer unos planes de acción para su prevención y manejo. Por lo tanto, el estudio está basado en la impulsividad funcional o disfuncional de los jóvenes que consumen intensivamente el alcohol. La hipótesis planteada para el mismo es: que el consumo intensivo de alcohol es el causante de la impulsividad disfuncional, ya que por los efectos del alcohol, el individuo pierde la capacidad para discernir y tomar decisiones correctas cuando es necesario. Para el estudio se utilizó un método cuantitativo de tipo correlacional y descriptivo, en el cual se controlaron ciertas variables que pudieran afectar los resultados, incluyendo las de tipología circadiana. Para efectos del estudio se tomó en cuenta la impulsividad disfuncional como efecto del consumo intensivo del alcohol. Existen dos tipos de impulsividad, la funcional y la disfuncional. La impulsividad funcional está relacionada a la toma de decisiones rápidas cuando es necesario, para el beneficio de la persona, y la impulsividad disfuncional es la toma de decisiones rápidas sin reflexionar o tomarse un tiempo para pensar, que puede traer consecuencias negativas para la persona.

En el estudio realizado en España, el objetivo del trabajo investigativo es explorar las posibles diferencias entre estudiantes universitarios con patrón de consumo intensivo de alcohol (CIA) y no consumidores de alcohol en las dos dimensiones de impulsividad del modelo de Dickman. Se utilizó para el estudio el Inventario de Impulsividad de Dickman (DII; Dickman) ya que se ha demostrado que es adecuado para la evaluación de la impulsividad en el CIA, por sus propiedades psicométricas adecuadas en la muestra no clínica. Este inventario consta de 23 items, 11 para evaluar la impulsividad funcional y 12 para evaluar la impulsividad disfuncional. También se utilizó el CSM de tipología circadiana, junto a información de variables demográficas. La evaluación se llevó a cabo mediante entrevista individualizada contestando una serie de cuestionarios donde se utilizó una escala Likert de 5 puntos, considerándose 1 (totalmente en desacuerdo) y 5 (totalmente en acuerdo).

En el estudio participaron 80 sujetos con patrón de CIA de los cuales 40 eran hombres y 80 controles, que no consumían alcohol esporádicamente en grandes cantidades, siendo 40 hombres también. Las edades fluctuaban entre los 18 y 25 años. Los participantes fueron 160 estudiantes universitarios de psicología de la Universidad de Barcelona. Para integrar el grupo de estudio se llevaron a cabo entrevistas de inclusión estructurada, con los cuales se excluyeron aquellos sujetos con consumo diario de drogas, (exceptuando la nicotina y cafeína a dosis moderadas), con dependencia al alcohol u otras drogas, historial familiar de alcoholismo, así como antecedentes o presencia actual de enfermedades médicas o psiquiátricas. En este estudio aprobado por la comisión ética de la Universidad de Barcelona, todos los sujetos participaron de forma voluntaria, sin retribución alguna y firmaron un consentimiento para participar en el estudio.

El problema en España es creciente, se ha encontrado una alta incidencia de jóvenes de ambos sexos que muestran una tendencia a consumir alcohol a una edad más temprana de forma abusiva sin tener una percepción clara de los riesgos que esta actividad envuelve. Este problema, como vemos día a día en nuestro país, no es sólo de España. En Puerto Rico está ocurriendo lo mismo y tal vez es un fenómeno social que se está convirtiendo en uno de salud pública en muchas partes del mundo. Esto se puede ver en los resultados que arrojó el estudio. El patrón de consumo intensivo de alcohol se consideró de al menos 5 bebidas alcohólicas en hombres y de 4 en mujeres ingeridas en un intervalo de 2 horas, al menos una vez en los últimos 30 días. Este consumo se produce la mayor parte del tiempo durante el fin de semana, aunque algunos jóvenes están comenzando a socializar desde el jueves por la noche, ampliando así el fin de semana.

Los resultados del estudio arrojan el hecho de que el CIA es un factor de riesgo para el desarrollo del abuso-dependencia del alcohol y otras drogas en el futuro. Además determinó que el CIA puede desencadenar trastornos mentales o conductas desadaptativas. Se encontró que los hombres con CIA presentan puntuaciones superiores a las mujeres en la impulsividad disfuncional, así como al grupo control, lo que lleva a los investigadores a determinar que los hombres tienen menor autocontrol que las mujeres por lo que están más expuestos a trastornos adictivos y antisociales. La impulsividad, es un rasgo de la personalidad, que lleva a los sujetos a actuar sin previsión y sin medir consecuencias, pero en el caso de los que consumen alcohol intensivamente este aspecto se exacerba, lo que quedó demostrado en el estudio. El estudio también arrojó un dato interesante, las diferencias por las cuales beben los individuos. Las mujeres beben para mejorar su sociabilidad y capacidad sexual mientras que los hombres para reducir la tensión, ambas razones relacionadas con la impulsividad, según el estudio.


Los resultados de esta investigación podrían llegar a ser de gran ayuda para el establecimiento de programas de intervención más apropiados y a más temprana edad. El alcoholismo es un problema mundial, las personas están consumiendo más alcohol a una edad más temprana, aún a sabiendas de las consecuencias que genera el abuso del alcohol. Este es un problema que ya ha trascendido géneros, indistintamente hombres y mujeres están expuestos a esta problemática que se debe atacar desde la adolescencia o antes, porque esta enfermedad genera efectos biológicos, psicológicos y sociales convirtiéndose en un problema que afecta a toda la sociedad. 

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