El siguiente análisis esta basado en el artículo Desarrollo infantil y adolescente: trastornos mentales más frecuentes en función de la edad y el género, realizado por Esperanza
Navarro-Pardo, Juan Carlos Meléndez Moral, Alicia Sales Galán y Mª
Dolores Sancerni Beitia de la Universidad de Valencia, donde se hace
una relación entre los trastornos mentales, la edad y género de
los participantes del estudio, el cual arrojó valiosa información
para los profesionales de la salud y los trabajadores sociales.
Cada
vez es más frecuente encontrar a niños y adolescentes sufrir de
algún trastorno mental, de diverso rango y magnitud. Estos
trastornos pueden estar relacionados o definidos por la edad o el
género. Esta situación causa mucha preocupación entre los
profesionales de la salud, por lo que es necesario estudiar
profundamente esta población. Una dificultad que se presenta en
estos estudios es la muestra tomada, que en la mayoría de los casos
es muy limitada. Dentro de la práctica del Trabajo Social una de las
responsabilidades que se tienen es identificar casos como los del
estudio. Identificar problemáticas en los niños para referirlos a
una evaluación temprana que nos permita diagnosticar para tomar
acciones preventivas o remediativas. Es importante reconocer
características, manifestaciones o síntomas que nos permita
reconocer la posibilidad de un trastorno latente. La importancia de
los estudios estriba en eso, en capacitarnos para reconocer estas
manifestaciones. Por esa razón es importante llevarlos a cabo de una
forma científica, efectiva y que vaya de acuerdo con la realidad
social.
Mediante
estudios con la población de niños y adolescentes se ha encontrado
que existen unas pautas relacionadas con la edad, que el desarrollo
psicológico está influenciado por determinantes biológicos y
ambientales, que pueden ayudar a predecir los procesos del desarrollo
de los mismos. Si se encuentra que un niño se aparta de estos
procesos normales del desarrollo entonces se puede inferir que puede
estar presentando algún tipo de trastorno. Esta es la importancia
del conocimiento del desarrollo infantil. Conocer estos patrones de
desarrollo nos permite evaluar, diagnosticar y determinar causas del
trastorno, además de establecer los procedimientos adecuados para el
tratamiento a seguir.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) ha determinado que la
prevalencia de trastornos psicológicos en la infancia está entre el
10 y el 20%, encontrándose que los problemas relacionados con la
conducta son los más frecuentes, con una incidencia de 66.1%, siendo
en los varones la mayor incidencia. Este trastorno es el más
diagnosticado por los profesionales en salud mental, seguidos por
los trastornos depresivos, de ansiedad y los relacionados con el
desarrollo. El problema con el que nos encontramos relacionados a
esta población, es que los profesionales en salud mental no tienen
una idea muy clara y no se ponen de acuerdo en cuanto a los
diagnósticos de este tipo de trastornos. Una de las razones para que
esto ocurra es que los síntomas que presenta esta población son muy
variados y los criterios para realizar un diagnóstico han sido
modificados frecuentemente. Estas modificaciones dificultan
establecer una prevalencia debido a las variaciones en la
clasificación clínica. Además no existen instrumentos
estandarizados que permitan pronosticar los trastornos, para
prevenirlos.
Pero
a pesar de estas limitaciones, el estudio revela que los trastornos
están determinados por la edad y el género, que existe una relación
entre mayor edad y menos trastornos de conducta, pero aparecen otros
trastornos asociados a esa edad. Por ejemplo, la aparición de los
trastornos alimenticios que tienden a aparecer en la adolescencia y
es más frecuente en féminas que en varones. El estudio revela que
los trastornos conductuales son más frecuentes en varones de menor
edad, mientras los trastornos internalizantes se dan en féminas de
mayor edad. Se encontró también que unos de los trastornos más
frecuentes encontrados en la temprana niñez y la adolescencia son
los relacionados al déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
La mayoría de estos trastornos causan problemas de adaptación
social y de aprovechamiento académico.
Como
trabajadores sociales debemos estar preparados para
realizar una intervención práctica en una población tan diversa e
individualizada, por lo que es necesario conocer muy bien la problemática que puedan tener. Los niños con problemas o trastornos
mentales pueden quedar relegados a causa de un diagnóstico inadecuado, por lo que es importante que al diagnosticarse alguna condición del niño, se realice a tiempo, responsable y correctamente. Estos
trastornos son muy diversos, por tal razón, se prestan a ambigüedad. Por tal razón, los investigadores realmente no se ponen de acuerdo con los diagnósticos, con las causas del trastorno o
con los síntomas que pueden presentar, por lo que pueden ser confundidos con otras
patologías. Esta ambigüedad puede ser una razón de que la
eficacia de los tratamientos falle. Es por eso que los estudios son
necesarios para conocer mejor todas estas condiciones. Como
Trabajadora Social es de vital importancia conocer cuáles son los
síntomas o manifestaciones de los distintos trastornos que pueden aparecer en la infancia y adolescencia temprana para llevar acabo los tratamientos más adecuados para dicha población. Esto es así con el propósito de comprender y ayudar a otras
personas a conocer y adquirir las herramientas adecuadas para
trabajar con las necesidades de estos niños.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Saludos... tu visita ha sido importante para mi, así como el comentario que me quieras hacer. Gracias