¿Qué
significa prosificar un poema? Prosificar es poner en forma
de prosa una
composición poética. Es transformar los versos de la estrofa en un
escrito contínuo, eliminando la métrica y la rima, aunque puede
mantener un ritmo poético. La prosificación nos permite comprender
mejor un poema, permitiéndonos realizar un análisis literario con
mayor facilidad. A continuación veremos un ejemplo de prosificación
con un poema de la ilustre Gabriela Mistral.
Caperucita
Roja
de
Gabriela Mistral
Caperucita
Roja visitará a la abuela
que
en el poblado próximo sufre de extraño mal.
Caperucita
Roja, la de los rizos rubios
tiene
el corazoncito tierno como un panal.
A las primeras luces ya se ha puesto en camino
y
va cruzando el bosque con un pasito audaz.
Sale
al paso Maese lobo, de ojos diabólicos.
"¡Caperucita
Roja, cuéntame a dónde vas!".
Caperucita
es cándida como los lirios blancos.
"Abuelita
ha enfermado. Le llevo aquí un pastel
y
un pucherito suave, que se derrite en jugo.
¿Sabes
del pueblo próximo? Vive a la entrada de él".
Y
ahora, por el bosque discurriendo encantada,
recoge
bayas rojas, corta ramas en flor.
Y
se enamora de unas mariposas pintadas
que
le hacen olvidarse del viaje del Traidor.
El
lobo fabuloso de blanqueados dientes
ha
pasado ya el bosque, el molino, el alcor,
y
golpea en la plácida puerta de la abuelita
que
le abre. ¡A la niña, ha anunciado el traidor!
Ha
tres días la bestia no sabe de bocado.
¡Pobre
abuelita inválida, quién la va a defender!
...
Se la comió riendo toda y pausadamente
y
se puso en seguida sus ropas de mujer.
Tocan
dedos menudos a la entornada puerta.
De
la arrugada cama, dice el Lobo: "¿Quién va?".
La
voz es ronca. "Pero la abuelita está enferma",
la
niña ingenua explica. "De parte de mamá".
Caperucita
ha entrado, olorosa de bayas.
Le
tiemblan en las manos gajos de salvia en flor.
"Deja
los pastelitos; ven a entibiarme el lecho".
Caperucita
cede al reclamo de amor.
De
entre la cofia salen las orejas monstruosas.
"¿Por
qué tan largas?", dice la niña con candor.
Y
el velludo engañoso, abrazando a la niña:
"¿Para
qué son tan largas? Para oírte mejor".
El
cuerpecito tierno le dilata los ojos.
El
terror en la niña los dilata también.
"Abuelita,
decidme ¿por qué esos grandes ojos?"
"Corazoncito
mío, para mirarte bien..."
Y
el viejo Lobo ríe, y entre la boca negra
tienen
los dientes blancos un terrible fulgor.
"Abuelita,
decidme ¿por qué esos grandes dientes?"
"Corazoncito,
para devorarte mejor..."
Ha
arrollado la bestia, bajo sus pelos ásperos
el
cuerpecito trémulo, suave como un vellón,
y
ha molido las carnes y ha molido los huesos
y
ha exprimido como una cereza el corazón.
Prosificación
de Caperucita Roja de Gabriela Mistral
Caperucita
Roja visitará a su abuela que sufre de extraño mal en
un poblado próximo. Caperucita Roja tiene rubios
rizos y un corazón tierno como un panal. Ella va cruzando
el bosque con paso audaz, cuando se encuentra con
Maese Lobo de diabólicos ojos. Maese Lobo le
pregunta: "¿a dónde vas?". Con la candidez de
los lirios blancos, Caperucita le contesta que le
lleva un pastel a su abuela, que ha enfermado y que vive a la entrada
del próximo pueblo.
Caperucita
en el camino recoge bayas rojas, corta ramas en flor y
queda encantada cuando ve a unas mariposas
pintadas olvidándose del Traidor. Ante la puerta de la
abuela, llega el traidor con sus blanqueados
dientes, luego de haber pasado el bosque, el molino y
el alcor. Toca a la puerta anunciándose como la niña. Quien
iba a defender a la pobre e inválida abuelita de la
bestia que llevaba tres días sin comer. Pausadamente y riendo se la
comió toda, luego se puso sus ropas.
Dedos
menudos tocan a la puerta y desde la cama arrugada el
Lobo pregunta con voz ronca ¿Quién va? La niña
ingenua contesta “de parte de mamá” pensando que como la abuela
está enferma tiene una ronca voz.Oliendo a bayas entra
Caperucita con gajos de salvia en flor en la mano, y deja los
pastelitos en la mesa ante el reclamo de la abuela de entibiar el
lecho. La niña lo hace con amor. Cuando la niña ve las monstruosas
orejas saliendo de la cofia le pregunta con candor "¿por
qué tan largas?". Mientras el engañoso
velludo abrazando a la niña le dice “para oírte mejor”.
Los
ojos del traidor se dilatan al ver el tierno
cuerpo de la niña, mientras los ojos de la niña también
se dilatan, pero de terror. "¿Por qué esos ojos tan grandes?".
"Para poder mirarte bien, corazón". De la boca
negra, cuando el lobo ríe, se ve un terrible fulgor de
sus blancos dientes, y la niña pregunta "¿abuelita,
por qué esos dientes tan grandes?". El lobo contesta "para
devorarte mejor, corazón". La bestia ha arrollado
el cuerpecito de la niña que es suave y
trémulo, moliendo las carnes y los huesos, y exprimiéndole
el corazón como una cereza.
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