El
artículo "Una aproximación a la psicología ambiental" realizado por Graciela Baldi López y Eleonora García Quiroga de la
Universidad Nacional de San Luis presenta una perspectiva interesante
de la realidad actual de la relación del ser humano con respecto a
su ambiente. Nuestro ambiente se está deteriorando, y la
responsabilidad es totalmente de la irresponsabilidad y falta de
compromiso de muchos habitantes de este planeta. Pero, cabe
preguntarse, como el artículo lo expresa, ¿qué hace la diferencia
entre las personas pro-ambiente y las personas anti-ambiente? Para
contestar esta pregunta ha surgido una reciente disciplina científica
y podríamos decir que social, que pretende conocer las motivaciones
o actitudes que tiene una persona hacia su entorno. Esta disciplina
se conoce como Psicología Ambiental. Pero ésta recién creada
disciplina no puede resolver las incógnitas del comportamiento
ambiental de los seres humanos. Por tal razón, es indispensable una
integración multidisciplinaria para entender y tal vez cambiar la
mentalidad de los individuos.
Nuestro
problema como seres humanos es que cuando tenemos que poner en una
balanza, el beneficio de lo que podemos obtener, contra proteger algo
que en apariencia no nos brinda un beneficio, en la mayoría de los
casos, de índole económico; pensamos en nuestro bolsillo o nuestra
cuenta de banco, en lugar de nuestra salud o satisfacción en
hacer lo correcto. Pero para lograr un cambio de actitud, es
necesario trabajar arduamente contra la ignorancia ambiental, contra
el desconocimiento de cómo nuestro entorno, nuestro ambiente, la
naturaleza en general trabaja para nosotros y para nuestro beneficio.
El
beneficio que obtenemos de la naturaleza puede ser recíproco, se
puede lograr el progreso de una sociedad sin afectar tan adversamente
nuestro entorno. La construcción planificada pro-ambiente es
posible, si se tuviera el compromiso de hacerlo. El uso efectivo y
adecuado de los recursos naturales y la disminución de la
contaminación que tanto daño le está haciendo a nuestro ambiente
puede ser posible si se crea una conciencia ambiental desde distintos
ámbitos, y ésto solo se puede lograr con una educación estructurada
y bien planificada desde varios frentes de acción. Disciplinas
sociales, culturales, científicas disímiles pueden aportar su
granito de arena para lograr el propósito de cambiar actitudes y
mentalidades con respecto al beneficio de cuidar, proteger y trabajar
en armonía con el ambiente natural.
Debemos
entender que si nuestro entorno se afecta, nuestra salud y nuestra
vida, también se afecta. Desde hace muchos años se conoce cómo
el ambiente se está deteriorando. Se habla de muchas soluciones y
alternativas, pero hay poco compromiso y mucho menos acción para
cambiar las acciones que están afectando a nuestro planeta. Debemos
comportarnos de forma responsable y para ello debemos saber, conocer,
los beneficios que el proteger nuestro ambiente, nos brinda; así
como también es necesario conocer que nuestras acciones negativas
con respecto al ambiente repercute en daños, en muchos casos
irreparables. Por eso, es muy importante, como lo es en todos los
aspectos de la vida, detenerse a pensar, ese segundo que puede hacer
la diferencia, porque una decisión mal tomada puede ser causante de
una catástrofe ambiental, particularmente las decisiones y acciones
que toman los gobiernos, donde no se estudia o se planifica para
hacer el menor daño posible a nuestro ambiente.
La
psicología ambiental no solo debe interesarse en los procesos
psicológicos del ser humano para adaptarse a su entorno o para
conocer por qué existen individuos pro-ambiente e individuos
anti-ambiente. Sino que una disciplina como esa, se ha debido crear
con el propósito, de concienzar para lograr una actitud de
conocimiento de nuestro entorno, de asimilación y de cooperación
para salvar nuestro ambiente, antes de que el deterioro del mismo
llegue a niveles que ya no pueda darse marcha atrás.
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