El
consumo puede verse afectado por varios factores. Estos son: la
renta, los productos y los precios. Cuando un país cuenta con una
renta mayor los ingresos aumentan, por lo que las sociedades, las
familias y los individuos podrán consumir más. Pero, esta situación
tiene sus vertientes. Cuando el consumidor ve un aumento en sus
ingresos, sus hábitos o comportamientos de consumo pueden verse
afectados. Esto quiere decir, si los ingresos son moderados o bajos,
el consumidor se ve obligado a restringirse en sus compras, pero si
por el contrario el ingreso aumenta la restricción puede
desaparecer. Como por ejemplo, una persona con un ingreso moderado no
puede,
en esos momentos, comprarse un televisor plano de 52 pulgadas, por lo que se compra uno de 20 pulgadas por su limitado ingreso. Entonces la renta del país aumenta, así como la del consumidor. Sus ingresos han aumentado y aunque no necesite el televisor de 52 pulgadas lo compra, porque su poder adquisitivo ha aumentado. De esta manera la persona se convierte en un consumidor de lujo, porque ahora puede comprar lo que antes sus ingresos no le permitían. Antes compraba lo que necesitaba, ahora compra lo que desea y satisface sus impulsos de comprar.
en esos momentos, comprarse un televisor plano de 52 pulgadas, por lo que se compra uno de 20 pulgadas por su limitado ingreso. Entonces la renta del país aumenta, así como la del consumidor. Sus ingresos han aumentado y aunque no necesite el televisor de 52 pulgadas lo compra, porque su poder adquisitivo ha aumentado. De esta manera la persona se convierte en un consumidor de lujo, porque ahora puede comprar lo que antes sus ingresos no le permitían. Antes compraba lo que necesitaba, ahora compra lo que desea y satisface sus impulsos de comprar.
El
siguiente factor del que depende el consumo, es el precio. El precio
puede determinar el gasto del consumidor. En este renglón hay que
hacer una distinción entre los bienes o servicios necesarios y los
no-necesarios. Tenemos bienes o servicios necesarios como la
gasolina, los alimentos, los servicios de agua y energía eléctrica,
que aunque el precio aumente no podemos dejar de adquirirlos. Estamos
obligados a aceptar las fluctuaciones del precio aunque no estemos de
acuerdo. Estos productos y servicios siempre estarán en demanda. Por
otro lado, están los bienes y servicios que no son necesarios, los
cuales dependiendo del precio pueden o no, ser atractivos para el
consumidor. Estos bienes o servicios, como por ejemplo, gastos de
peluquería, ropa, enseres eléctricos, etc. pueden ser elegidos a la
mejor conveniencia del consumidor por el precio de oferta, aunque la
elección redunde en la calidad del consumo. También se tiene la
opción de obtener el bien o servicio, o no.
Otro factor que puede determinar el consumo, es lo que hacemos con
nuestro dinero. Tenemos la opción de elegir entre gastarlo
consumiendo o ahorrarlo para una mejor inversión futura. Por otro
lado, ¿qué incentiva a una persona a ahorrar? Cuando los bancos
ofrecen buenos dividendos en forma de intereses por el ahorro,
guardar el dinero en un banco es llamativo. Si a eso se le suma la
incertidumbre en la economía, un aumento de precios en el mercado, y
una devaluación del poder adquisitivo, el ahorrar se vuelve
atractivo. En este renglón tal vez se pueda entender porque los
intereses bancarios para el ahorro han bajado, para no incentivar el
ahorro y sí el consumo, para de esta manera promover el crecimiento
económico mediante el consumo.
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hola, Agradezco tu artículo, es claro y muy fácil de entender. Saludos...
ResponderBorrarSaludos Margarita. Gracias por tu visita y tu comentario.
BorrarMuy buen articulo.
ResponderBorrarGracias Juan Pablo, y gracias por visitarnos.
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